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De sus versos brotaron exitos para artistas como Cristian Castro, Gloria Estefan, Jennifer Lopez y David Bisbal. Reconocido como uno de los compositores y productores mas importantes de la musica latina en el mundo, el colombiano Kike Santander hablo de sus inicios, de su exitoso presente y del secreto de su inspiracion: una bella mujer paraguaya.
Pocos sabrán que el hombre alto, moreno, amable y sonriente que recorre las calles de la villa veraniega de San Bernardino en compañía de su familia es el mismísimo autor de canciones como “Azul”, de Cristian Castro; “Ave María”, de David Bisbal y “Piel Morena”, de Thalía. Y esta es solo una pequeña parte de la innumerable lista de éxitos que el músico cosecha desde 1993, cuando las oportunidades de la vida lo llevaron a escribir y producir a los grandes íconos de la música en nuestro idioma.
Una vida musical
Kike Santander -o Flavio Enrique Santander Lora- nació en la ciudad de Cali, Colombia, el 11 de mayo de 1960. Desde sus primeros años, el pequeño “Kike” derrochó su amor a la música, cuando a los 8 años ejecutó su primer instrumento: el acordeón. Desde entonces, su pasión musical fue creciendo, incorporando a su vida nuevos instrumentos que -años después- lo convirtieron en todo un multiinstrumentista.
“El primer instrumento fue el acordeón, a los 8 años. El segundo fue la guitarra acústica, a los 12. El tercero fue la guitarra eléctrica, a los 13. El cuarto fue la lira. A los 16, el bajo eléctrico. Y a los 18, el piano y la percusión… Ya para los 20 años tocaba como cinco instrumentos”, enumera.
El músico que crecía entre acordes y canciones, tardaría un poco más para descubrir su talento más fructífero y valorado por estos días: el de compositor.
“Comencé a escribir canciones tarde -señala-. Como compositor hice mi primera canción a los 33 años. Antes de eso había hecho muchas cosas con la música, pero no componer. Yo no sabía que era compositor. A los 33 años hice mi primera canción, y fue un bolero que les hice a mi papá y a mi mamá, que se llama ‘En el jardín de mis amores'”. Tiempo después, la canción fue grabada con éxito nada menos que por el mexicano Alejandro Fernández y la ex Miami Sound Machine, la cubana Gloria Estefan.
Sabor caleño
Entre sus primeros paisajes sonoros, Santander recuerda una infancia musicalizada con folclor colombiano e internacional, especialmente de música mexicana, que escuchaba su padre. Música tropical, pop y rock de los ’70; tanto como jazz y música clásica -ya en su adolescencia- marcaron el derrotero de la versatilidad musical que hoy caracteriza al productor.
“Terminé estando expuesto a muchos géneros de música, que eso es lo que marcó cómo hago mi música ahora, porque soy muy versátil. Hay gente que se especializa en un género, que son buenos para el reggaetón, o buenos para los boleros, o buenos para la música tropical. Yo tengo un poco de todo, como un salpicón”, explica.
Dr. Santander
La versatilidad de Kike Santander no se limita a la impredecible gama de género con que baña a sus proyectos. Antes de iniciar su ascendente carrera musical inició sus cursos de Medicina, recibiéndose de médico cirujano.
“La Medicina me llamó la atención por la parte de las ciencias del cuerpo humano, la Bioquímica, la Fisiología y la Biología. Después lo que es curar gente, estar en el hospital… Pero nunca perdí mi conexión con la música. Siempre seguí tocando música en los bares de jazz de Cali, por las noches, salía del hospital y los fines de semana me iba para el bar los jueves, viernes y sábado”, recuerda.
En los tiempos libres que le dejaba la carrera, el futuro médico tocaba en el hospital y hasta ofrecía conciertos. “Siempre estuvo la música presente durante toda la Medicina. Y ya cuando me gradué de médico, en el ’85, me fui a trabajar un año rural a un pueblo. Y como al octavo mes fue cuando comencé a sentir que me hacía falta la música, como que tal vez lo mío era la música y no la Medicina. Fue ahí que tomé la decisión difícil de colgar mi diploma de médico y dedicarme a buscar un camino en la música”.
La decisión no pudo haber sido mejor: años después el médico Santander se convertía en uno de los pilares fundamentales de la industria.
Primeros pasos
No fue fácil iniciarse en el competitivo y no menos complejo mercado de la música latina internacional. Todavía en su país natal, se trasladó hasta Bogotá, donde tocó en bares de jazz. La actividad bohemia y nocturna terminó por disgustarle.
Hasta que -por fin- descubrió su esencia de compositor, iniciando sus primeros trabajos para jingles, en 1986. “Ahí fue que aprendí muchísimas cosas, porque estuve 9 años haciendo jingles, mucho tiempo. Y, sin darme cuenta, me fui convirtiendo en un productor de música porque aprendíamos todas las diferentes disciplinas de la producción musical”.
Esos momentos serían fundamentales para aprehender los principios más importantes de la composición. “Fueron muchos años entrenándome en componer melodías que tuvieran gancho, que fueran recordadas. Cuando ya comencé a hacer canciones creo que tenía bastante terreno adelantado con eso de hacer ganchos musicales”, reconoce.
La internacionalización
Un momento fundamental en el crecimiento profesional de Kike fue su encuentro con su compatriota Estéfano (Fabio Alfonso Salgado), integrante del recordado dúo “Donato y Estéfano”, con quien trabajó durante un tiempo en la composición y producción de jingles.
En 1993, Estéfano lo conecta con José Luis Rodríguez, “El Puma”, para componer y producirle un disco. “Estéfano me dijo que ‘El Puma’ quería que le hiciéramos el disco, y me invitó a participar. Fui a Miami, conocí a ‘El Puma’, le hicimos un disco muy bonito”, expresa. De esa producción nació el recordado hit “Diosito Santo”, tema que resonó con furia en toda la región.
Acercamiento a Estefan
Luego de su primera y exitosa prueba de fuego, las puertas se abrieron para Kike. “A través de ‘El Puma’ conocí a Emilio Estefan. Y entonces le mostré mis primeras canciones. A Emilio le gustó mucho las letras y las melodías, y entonces ahí fue que quedó la conexión con Miami”.
En diciembre de ese año Emilio Estefan lo llamó a su casa para decirle que buscaban canciones para el próximo disco de Gloria Estefan, acaso la artista latina más importante en los Estados Unidos.
“Ahí fue cuando le compuse ‘Abriendo Puertas’, y todas las canciones del disco, durante ese mes de diciembre a enero. Y luego fui a producir el disco de Gloria, de ‘Abriendo Puertas’. Un año después, en diciembre del ’94, me fui a vivir a Miami”.
Santander empezó a poner en práctica todo el conocimiento que había adquirido en sus tiempos de compositor de jingles. Desde tocar sintetizadores, a la ingeniería de sonido, programación de sintetizadores con computador; hasta la ejecución de guitarra, bajo, piano; arreglos musicales, armonización y dirección de coros. Desde entonces las composiciones del músico empezaron a recorrer el mundo.
Azúcar Moreno, Gloria Estefan, Thalía, Jon Secada, Chayanne, Alejandro Fernández, Carlos Ponce, Cristian Castro, Olga Tañón, Soledad, Jennifer López, Marc Anthony, Bacilos, Diego Torres, David Bisbal, Natalia Oreiro, Santana, Luis Miguel, Rocío Durcal, Luis Fonsi, Ricardo Montaner, entre muchos otros, les deben a Kike Santander al menos uno -o hasta varios- de sus más grandes éxitos.
La independencia
Los años de trabajo y entrega en las oficinas de Emilio Estefan cada vez rendían más. Pero, a su vez, eran cada vez mayores las muestras de abuso de autoridad y violaciones contractuales de parte del esposo de Gloria Estefan.
Fue así que Santander, ante reiterados intentos de arreglos personales, decidió entablar una demanda legal para terminar su contrato con el empresario cubanoamericano.
“Fue una etapa difícil, una prueba al valor, a la capacidad de decisión. Y fue porque después de cinco años y medio, casi seis años de estar trabajando junto con él -tuvimos muchísimo éxito juntos-, pero hubo un momento en que yo vi que él estaba abusando de su autoridad y de su po
der; y entonces, después de varios intentos de que él cayera en cuenta, me di cuenta de que lo único que quedaba era ponerle una demanda judicial, una demanda civil”, comenta Santander, una década después de los hechos.
“Fueron años difíciles, en el 2000 y 2001. Fueron años muy complicados. Pero lo veo como parte del crecimiento de uno, profesional. En una carrera siempre hay que pasar por momentos difíciles, por confrontaciones. Hay artistas que les toca enfrentar a su manager, o le toca enfrentar a la cadena de televisión, o a una empresa discográfica. Siempre hay momentos donde uno tiene que hacerse respetar”, apunta.
El momento de crisis le permitió al colombiano independizarse y construir su propia compañía de producción musical. “Hay gente que comete errores. En mi caso, yo no le he quitado nada a nadie, simplemente que con eso que pasó quedó una etapa de mayor independencia musical. Y formé mi propia compañía de producción, mi propia compañía editorial. Y entonces, desde el año 2001 hasta el año 2008, fue una época muy intensa de producción profesional, donde fue la etapa más fuerte de mi carrera”.
El secreto
Para Kike Santander, dos son los factores fundamentales que convierten a un músico en estrella de la canción: calidad y originalidad. “Un artista que no sea original, no importa qué tan bien cante, pero si se parece a otro, ya ‘ahí sonó’. La calidad también se impone. Una buena voz, no necesariamente como cantante tradicional, sino que también para entretener a la gente, porque hay voces como las de Enrique Iglesias o la de Paulina Rubio, que no son voces superdotadas, pero que son personas que tienen originalidad y que son muy buenos artistas, porque tienen algo que toca a la gente, ¿no?”, señala.
Entre esos factores, también recuerda una pieza fundamental: la disciplina. “El artista tiene que ser muy disciplinado, porque es una carrera supremamente difícil. Ahora más que nunca. Tener éxito como cantante es una carrera de resistencia, requiere muchísima disciplina”.
Plan B
En los tiempos difíciles que vive la industria discográfica, Santander reflexiona y aconseja a los cantantes, compositores y músicos noveles que sueñan con vivir de su arte. “Que la persona sea muy sincera consigo misma para que tal vez tenga la claridad de si no estará dedicando su tiempo a algo que no va a funcionar; porque ahora la cantidad de gente que está frustrada tratando de hacer carrera como cantante o músico es enorme”, señala.
“Es muy difícil en este momento vivir de la música, muy difícil. Entonces es una cosa muy personal, porque hay gente que no necesita mucho dinero para vivir de la música, lo hacen porque les gusta, entonces eso es muy personal. Pero si alguien quiere ser rico y famoso con la música, la chance es mucho más pequeña que antes. Es mucho más difícil. La persona debe tener un talento realmente fuera de serie”, acota. Entonces menciona casos como el de René, de Calle 13. “Este muchacho está haciendo una carrera exitosísima, como muchos otros (…). Hay gente que lo logra, pero por cada persona que lo logra hay miles y miles que se pasan años enteros tratando de poder lograrlo”.
Lejos de pensamientos idílicos y con vista a la realidad, el compositor aconseja a los jóvenes manejar diferentes opciones para poder ganarse la vida ante las dificultades que suscita el oficio. “Yo lo que haría es tener un plan B: eso quiere decir hacer carrera en la música, pero siempre tener pensando ‘qué pasa si fallo’, o ‘si no logro lo que quiero’. Entonces tener un plan B diferente, escoger otra profesión o alguna cosa diferente. Porque hay un tiempo para cada cosa”, reflexiona.
Asimismo, el productor sentencia que el precio de llegar al éxito sin el suficiente talento, lleva al peligro de “quedarse ahí pegado y darse cuenta demasiado tarde de que la música no le dará para vivir. Y eso genera un gran drama”, sentencia.
Es lo mismo que le dice a Sebastián, su hijo mayor de 16 años, que hoy sueña con vivir de la música. “Todo lo que él quiere en la vida es ser músico. Yo sé que él es músico de corazón, y que él no está buscando ser rico ni famoso, nada más él ama su música. Entonces le digo: ‘Adelante. Ojalá tengas una empresa, una disquera… pero si después de cierto tiempo eso no te funciona, tienes que buscar por otro lado'”.
Batuka
El presente laboral de Santander lleva el nombre de Batuka: un proyecto de música pensado para gimnasia, que es llevado con éxito en países como España y Estados Unidos.
En 2005 -en el rol que ocupó como director de la Academia de Operación Triunfo-, el músico se vio interesado en proporcionar una herramienta para que los aspirantes a estrellas del pop aprovechen sus ratos libres para ejercitarse.
“Apareció la idea de que los muchachos hicieran gimnasia. Ahí apareció un poco la parte de médico: con esta idea yo puedo hacer también cosas para sanar a la gente. Tuvo un éxito en venta gigantesco en España: más de 1.500.000 DVDs vendidos. El proyecto tuvo su curso en España, y yo llevo 3 años ya trabajando este proyecto en los Estados Unidos, todavía estamos evolucionando”, explica.
Durante este año el proyecto entrará en una etapa más avanzada, incluyendo no solamente un programa de baile, sino también de fortalecimiento muscular, artes marciales y hasta yoga. “Cada uno de esos programas exige diez canciones originales cada tres meses. Eso quiere decir 40 canciones por cada programa, al año. Cuatro programas son 160 canciones anuales, originales todas. Para mí Batuka es en este momento mi artista”, subraya el productor, sobre el emprendimiento que involucra entretenimiento y salud.
“Mi prioridad en este momento, durante el año 2012, va a ser muchísima dedicación al proyecto Batuka, que para mí tiene el mayor potencial de todo lo que yo he hecho en mi vida. Esto es lo más grande de todo”, asegura.
Amor latino
A Kike le sobran los elogios al hablar del Paraguay. “Yo me enamoré de Paraguay… ya me siento mitad paraguayo”, confiesa. Tanto, que hasta asegura seguir los partidos de fútbol locales y que celebró con orgullo la victoria de Nahuel Sachak, en la última edición de Operación Triunfo.
Pero el encantamiento con la tierra guaraní no hubiese sido posible sin la llegada a su vida de Adriana López Moreira, su esposa desde septiembre de 2002.
La historia de amor entre el colombiano y la paraguaya -digno de un guión de una película de amor- nació en marzo de 2002. Adriana viajó hasta Bogotá, Colombia, para asistir a una reunión laboral. Kike, desde Miami, también llegó a Bogotá para promover la membresía a los Grammy Latinos.
“Me vio hablando por televisión, que estaba buscando artistas nuevos, y ella tenía a su hermano en Miami, en ese momento. Entonces ella dijo: ‘A lo mejor a este señor le pueden gustar la poesías de mi hermano Jorge (López Moreira)'”.
Las poesías de su hermano pasaron a ser un detalle cuando la paraguaya se acercó, y -al decir del mismo Santander- el músico quedó “prendado de ella, porque es una mujer muy bella”.
El hecho desencadenante fue descubrir que ambos viajaban en el mismo avión con destino a Miami. “Ahí yo la encontré en el corredor del avión; la tomé de los hombros y le dije que este era el destino y que nosotros íbamos a estar juntos. Yo no sé por qué le dije eso, porque yo nunca hago eso. ¡Cosas del destino!”, narra, emocionado, el colombiano.
El contacto siguió a través de correo electrónico, durante unos ocho meses. “Ahí nos enamoramos por mail, y nos casamos a finales de ese año. Es el destino, la verdad. Llevamos casi 10 años de casados, felices, y encontré el verdadero amor con ella”, confiesa, con orgullo, sobre su bella historia de amor.
Hoy la paraguaya es el pilar de su vida, y junto a sus hijos Alejandro, Andrea y Sebastián disfrutan
de una vida plagada de risas, alegrías y mucha música.
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